En medio de la peor crisis conocida de este sistema, evidenciada en Estados Unidos y Europa, principalmente, el casamiento de los herederos William de Inglaterra y Kate Middleton, costará a los ingleses la nada pequeña cifra de 40 millones de dólares.
Sólo la decoración de la Abadía de Westminster, donde será el evento, costó 800 mil dólares, el vestido 400 mil y el anillo 11 mil.
La Casa Real de la reina Elizabeth II, la monarca más poderosa del mundo, gastó 32 millones de dólares sólo para su seguridad privada.
"Es un crimen gastar ese dinero cuando hay gente muriendo de hambre. Deberíamos haber entendido eso desde la Biblia y desde nuestros principios primarios de justicia", critica Peter Whitman, activista del Reino Unido.
Mientras tanto, en las calles del país europeo la presencia policial se incrementó para evitar el intento de manifestaciones contra los recortes presupuestarios de hace meses decretados por el primer ministro David Cameron.
Frank Cordero, otro líder social, consideró al respecto: "al hacer esto las corporaciones se están haciendo con más control y lo que pagan por ellos somos nosotros, el pueblo. El acceso a los bienes básicos (la salud, la educación) es cada vez más difícil para la gente pobre".
El Reino Unido no ha logrado paliar la recesión presupuestaria del 2007. El Gobierno decretó recortes por 128 mil dólares e incrementó los impuestos.
Mientras integrantes de la realeza, no sólo local sino mundial, se unen a costa de los ingleses, el Gobierno parece separarse de las necesidades del pueblo castigado por la crisis capitalista.
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