La semana pasada recordaba lo mucho que había jugado en el jardín siendo niña... el tronco de un pino era un restaurante, el macizo de hortensias un salón de baile, el estanque de las ranas un espejo mágico, el limonero la torre de un castillo... Y aunque no me hacía falta nada más que mi imaginación y una tarde soleada, la verdad es que siempre quise tener una cabaña en el jardín, un lugar secreto y escondido en el que vivir las mejores aventuras.
Como siempre, navegando por la web he encontrado unas casas geniales, son construcciones en forma de castillos - cebollas que construye una joven chica inglesa, Judith Needham con mimbre y que son realmente geniales!!!
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